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Una de las maneras de disfrutar junto a nuestros hijos es mediante el juego. Jugar con ellos, hace que se sientan más seguros y que no paren de aprender, además de ayudar a que el vínculo familiar se haga más fuerte.
Además, el juego es beneficioso a cualquier edad, nos sienta en una mesa con amigos y/o familiares y nos aleja de las pantallas que muchas veces nos ocupan gran parte de nuestro tiempo. A través del juego liberamos tensión, conocemos a quienes nos rodean y muchas veces a nosotros mismos.

Los mejores juguetes para toda la família

Juegos de mesa

Los juegos de mesa nos enseñan la importancia de saber colaborar, así como de seguir unas normas y aceptar la derrota como parte de la vida, sin frustración. Es posible disfrutar de un momento lúdico y transmitir valores tan necesarios como la honestidad, la disciplina y el respeto a los demás, a través de los juegos de mesa. Son muchos los beneficios que nos aportan: mejora la concentración, enseña a aceptar y respetar normas, fomenta el trabajo en grupo, la toma de decisiones y gestionar las frustaciones.

Videojuegos

Los videojuegos siempre han creado controversia, puesto que no todos ven los beneficios que tienen como medio de entretenimiento. Algunos videojuegos ayudan a mejorar la capacidad lectora y de atención visual, la toma de decisiones rápidas y ágiles, mejoran la coordinación de manos y ojos, incluso algunos videojuegos con sensores de movimiento son una buena herramienta para potenciar la actividad física. Aunque si es cierto, que es conveniente controlar el tiempo de exposición y, en caso de los videojuegos en línea, puede que sea necesaria una supervisión parental.

Juegos al aire libre

Los juegos al aire libre son muy importantes para el desarrollo intelectual, el motor emocional y social de los niños. Equilibra e armoniza los aprendizajes intelectuales y los motores, integrando estas habilidades de manera coherente en la conducta del niño.

Estos son algunas propuestas de juegos para una experiencia enriquecedora tanto para los hijos como para los padres. Y en este tiempo de juego compartido, se fortalece los lazos afectivos entre padres e hijos, mejora la comunicación entre los integrantes de la familia, mejora la autoestima en los niños, facilita la comprensión y la expresión de las emociones propias y ajenas, aumenta la atención y la concentración así como reduce estrés y tensiones.